Friday, June 6, 2025

Cartas de Pizarnik y Cortázar

 Cartas de Pizarnik y Cortázar

Querido lector:

Mi querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo a punto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. 

Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. 

Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra. Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo. 

Julio

(Bamba editorial, 2020; como se citó originalmente en Cortázar, 1971)

Esta es la carta que Julio Cortázar envió a Alejandra Pizarnik poco antes de su suicidio. Hoy abro una carta que no me fue enviada, pero que creo que atraviesa a cualquiera. Hablo de las correspondencias entre Alejandra Pizarnik y Julio Cortázar, las cuales les invito a buscar y consultar, pues me parecen un diálogo lleno de vértigo, ternura y una oscuridad compartida, pues en cada línea, estas dos almas se tantean entre la admiración, el deseo intelectual y una soledad que parece cómplice.

Alejandra por su parte escribe con la urgencia de quien se desmorona y Cortázar responde con afecto contenido, como quien quiere cuidar sin invadir. Se dice que sus cartas son como una coreografía de dos lenguajes, uno de la herida y el del juego. Cortázar, intenta animar a Alejandra, pero ella le habla desde el abismo y al fin y al cabo la necesidad de ser leída por alguien que la entienda muy bien.

Estas cartas no nos revelan sólo a dos escritores notables, sino a dos seres humanos en su más profunda vulnerabilidad, creo que es es la belleza del género epistolar, es invasivo, sí, pero muestra esta intimidad, esta vulnerabilidad pues muchos de estos escritos nunca tuvieron la intención de ser publicados. A veces parece que Alejandra le escribe más a su soledad que a Julio, pero éste, desde su lejanía, le ofrece algo que es raro y valioso, simplemente escucha sin juicio.

En tiempos donde algoritmos predicen nuestros afectos y todo debe ser instantáneo, estas cartas nos recuerdan el valor de la espera. Pizarnik y Cortázar no sólo intercambiaron palabras, crearon un lenguaje íntimo.

Hay que preguntarse ¿qué tanto le debemos a quienes nos leen sin interrumpirnos?

Con cariño,
Andrés

P.D: Me gustaría saber qué opinas en los comentarios respecto a esta última pregunta


Referencia:
Editorial bamba. (26 de agosto de 2020). “Te quiero viva”: la última carta de Julio Cortázar a Alejandra Pizarnik. https://bambaeditorial.com/te-quiero-viva-la-ultima-carta-de-julio-cortazar-a-alejandra-pizarnik/

Carta a un joven poeta de Rilke

 

Carta a un joven poeta de Rilke

Hola lector:

Releo las Cartas a un joven poeta de Rainer Maria Rilke y pienso que son palabras que se impregnaron al cerebro. Rilke le responde a Franz Kappus con una honestidad como la que vimos entre Cortázar y Pizarnik, Rilke le decía a Kappus que debía explorar el motivo que lo hace escribir,  y claro, se puede cambiar la palabra escribir por pintar, , componer, bailar. Porque la pregunta sigue siendo la misma: ¿por qué haces lo que haces?

Buscar una respuesta rápida no suele ser el camino regularmente. Rilke establecía que si se hace arte para buscar aplausos, tal vez era mejor parar, pero si se hacía porque simplemente no se puede estar sin hacerlo, entonces ahí está el verdadero llamado. Por eso decía que el arte no es una profesión sino una forma de vida. Escribir, decía él, que era estar solo, y tener que estar solo, esto no por desprecio al mundo, sino por compromiso con una mirada que necesita tiempo, silencio.

Rilke no le daba recetas a su joven poeta. Le daba tiempo y paciencia. Establecía que era primordial ser paciente con todo lo que no esta resuelto en el interior de uno, y eso simplemente se siente casi como un abrazo. Por qué no hacerle caso cuando Rilke nos dice que sigamos, vaya, aunque el camino sea lento. Porque en el fondo, a veces uno piensa que no se trata de resolver el mundo, sino de habitarlo con preguntas honestas.

Te leo en el futuro,
Andrés

P.D: y tu dime, ¿Qué opinas al respecto? ¿Qué le escribirías tú al joven poeta?.

¿Qué podemos hacer con el arte en tiempos violentos?

¿Qué podemos hacer con el arte en tiempos violentos?

Querida comunidad:

¿De qué sirve el arte cuando arde el país? ¿Cuando desaparecen personas? ¿Cuando la violencia se vuelve paisaje?

Escribo desde esa pregunta que duele, porque todo aquello que rodea al mundo cultural, los estudios de arte, los proyectos culturales, puede parecer un lujo. Probablemente pero tal vez no tanto. Tal vez el arte puede ser un refugio y una herramienta.

Obviamente no hablo del arte decorativo. Más bien, aquel que organiza, cuestiona, acompaña. Esto me rememora a unas mujeres colombianas, las bordadoras de paz colombianas. Esto porque en 2022, una instalación con bordados alegóricos de la paz y a la guerra en Colombia cubrió el Palacio de Justicia de Bogotá. 

Según el reportaje de DW (Berrío, 2020) 166.000 metros cuadrados de telas bordadas cubrieron el Palacio de Justicia de la capital colombiana como parte de una instalación de Virgelina Chará, artista y activista por los derechos humanos. El nombre del proyecto fue "Arropar el Palacio de Justicia”, y buscó ser un medio para expresar las vivencias de la guerra y denunciar aquellos crímenes de Estado, que cuatro años después de la firma del acuerdo de paz, aún permanecen impunes.


Berrío, D. (2020). Bordadoras de paz colombianas: así se conserva la memoria. [Foto]

Entonces sí, el arte puede ser trinchera, memoria, abrazo. Pero solo si lo hacemos desde abajo, entre todos y para todos. No como espectáculo, sino como acto de resistencia. No como lujo, sino como derecho.

Escuchemos más, gestionemos con cuidado, abramos espacios para la voz colectiva y participemos del arte para volver a tejer comunidad, pues al fin y al cabo no hay arte verdadero sin territorio, sin contexto, sin corazón.

Con respeto,
Andrés

P.D: te invito a compartir algo en los comentarios, alguna forma de resistencia por medio del arte, tus opiniones respecto al tema o qué te pareció el blog

Referencia: 
Berrío, D. (14 de diciembre de 2020). Bordadoras de paz colombianas: así se conserva la memoria. https://www.dw.com/es/bordadoras-de-paz-colombianas-elaborar-las-heridas-y-conservar-la-memoria/a-55936447

¿Quién escribe esto?

 Carta de presentación

A quien lea esta carta:

Me llamo Andrés y estudio la Licenciatura en Gestión y Desarrollo de las Artes en la Universidad La Salle Oaxaca, intentando encontrar una forma de vida que ponga al arte cerca de la gente, cerca de las historias que resisten, de saberes que no siempre caben en un aula.

En lo personal, me interesan los procesos culturales comunitarios, el arte como herramienta política, y las formas en que podemos generar resiliencia a través de la creatividad. Creo que el arte puede ser mucho más, puede ser un espacio, una conversación, una forma de cuidarnos.

No escribo para enseñar, sino para compartir lo que aprendo, lo que dudo, lo que quiero transformar. Mi intención es usar la carta simplemente como otra forma, alternativa por así decirlo, si es que es adecuado asignarle tal adjetivo, en fin, es así porque creo que escribir también es resistir, también es crear comunidad.


Gracias por acompañarme.

Con afecto,

Andrés

P.D: Te invito a presentarte en el área de comentarios, si gustas, claro.

Volver a escribir cartas: el arte de la correspondencia

Por: Andrés – Estudiante de Gestión y Desarrollo de las Artes, La Salle Oaxaca

Volver a escribir cartas: el arte de la correspondencia 

Bienvenidxs al blog

Desde que comencé la Licenciatura en Gestión y Desarrollo de las Artes en la Universidad La Salle Oaxaca, ha sido inevitable estar en constante reflexión sobre las formas en que el arte y la cultura pueden acercarnos, conmovernos y transformarnos. De modo que, en medio de tantas pantallas, notificaciones y mensajes instantáneos, pensé en las cartas.
Esa forma de escritura íntima, reflexiva y cargada, en cierta medida, de afecto que parece haberse desvanecido con el tiempo. Pero ¿qué pasaría si las rescatáramos no como un simple acto nostálgico, sino como una herramienta cultural viva?

Quizá podemos repensar el género epistolar, es decir, el subgénero literario que utiliza cartas y otros documentos como medio para narrar una historia, desde una mirada contemporánea, con la intención de mostrar cómo escribir cartas puede convertirse en un acto de memoria, creación poética, etc.

¿Por qué cartas? y ¿por qué ahora?

Las cartas son un tema muy interesante, al fin y al cabo, si lo pensamos bien, han sido testimonio de guerras, amores, descubrimientos científicos, movimientos sociales y cotidianeidades personales. Fueron, y aún pueden ser, contenedores de historia, poesía, pensamiento y emociónEn Oaxaca, escribir cartas puede convertirse en una forma poética de preservar nuestra identidad. Cartas a nuestros abuelos, a nuestras artistas olvidadas, a quienes migraron. Todo eso forma parte de un tejido cultural que merece ser cuidado, narrado y difundido.

¿Qué encontrarás en este blog?

Este espacio está dedicado a:

  • Compartir cartas escritas desde lo íntimo, lo político, lo artístico.

  • Crear convocatorias para escribir juntxs.

  • Hacer visibles proyectos culturales en Oaxaca.

  • Proponer ideas desde la gestión cultural para promover la carta como formato creativo.

¿Cómo participar?

Cada semana o mes, propondré un tema para que tú también escribas tu carta. Puedes enviarla en foto, escaneada, escrita digitalmente, etc. El formato es libre Algunas cartas serán publicadas (con permiso) y se abrirá una caja de comentarios para que otras personas puedan responder.

También se tiene pensado poder tener una galería de cartas manuscritas, entrevistas a personas que aún escriben cartas, y colaboraciones especiales.

¿Y qué tiene que ver esto con la gestión cultural?

Todo. Porque la gestión cultural también es crear puentes, sostener memorias, impulsar lenguajes sensibles y democratizar el acceso a los procesos creativos. Gestionar cultura no es solo organizar exposiciones o conciertos: también es sostener formas de expresión que están en riesgo de desaparecer, como la escritura epistolar.

Desde esta trinchera, este blog será un pequeño aporte.
Te invito a escribir, leer, participar.
Y a pensar también que la cultura viaja en sobres igualmente.


Cartas de Pizarnik y Cortázar

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